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LECCIONES
DE ORTOGRAFÍA CASTELLANA
POR
F. VARGAS FONTECILL A.
MADRID.— m&7.
Imprenta de La América á cargo de Tomás Marino,
calle del Baño, número 1.
TCf'Hr-
A MIS AMIGOS
MIGUEL L. I GREGORIO Y. AMUMTEGUI.
La sincera amistad que tan estrechamente me liga á Udes , i la circunstancia de haber sido largo tiempo colegas en las enseñanza del idioma patrio, me han mo- vido a dedicarles este trabajito, que tiene por objeto promover el cultivo de aquel importante ramo.
Acepten, pues, este lijero testimonio de adhesión que les da su ñel amigo
F. VARGAS FOMTECILLA.
INFORME.
Sr. decano:
Encargado por U. de examinar el tratado de Ortografía castellana, presentado por don Francisco Vargas Fontecilla, y de dar mi dictamen acerca de su mérito, debo decir á U:
Que he leído con atención el espresado tratado , pequeño en tamaño, si bien grande por su utilidad. Entiendo que su autor ha sabido simpli- ficar en lo posible , sin menoscabo de la claridad , las reglas harto varia- bles de la primera parte , que concierne a las letras que entran en la composición de las palabras. La segunda parte, que trata de los acentos ortográficos , está perfectamente desempeñada, haciendo la verdadera distinción del acento prosódico , que no pertenece a la Ortografía , del que a esta corresponde. Es superior a todo elogio la claridad de las re- glas para la puntuación , no menos que la oportunidad de los ejemplos que el autor ha puesto a su lado para hacerlas aun mas perceptibles.
Opino , pues , que no solo se debe aprobar la Ortografía del señor Vargas Fontecilla , sino recomendar eficazmente su adopción como testo de enseñanza por conducto del consejo universitario. — Santiago , ju- lio 1.° de 1854.— Rafael Minvielle..
Reproduzco en todas sus partes el precedente informe. Fecha ut su- pra.— A' García Reyes.
ADVERTENCIA.
Hacia tiempo que se notaba entre nosotros la necesidad de un tratado de Ortografía castellana, que sirviese de testo para la enseñanza de esta parte de la gramática. El que hasta aqui ha estado sirviendo es so- bremanera diminuto , i las faltas de que adolece son notorias.
• Con la mira de llenar este vacio me he propuesto trabajar el opúsculo que hoi sale a luz ; i aunque no me lisonjeo de haber conseguido cumpli- damente mi objeto, creo sí haber dado un paso en la mejora de la ense- ñanza.
Me he limitado a esponer con la fidelidad positiva el uso jeneral- mente recibido , sin adherirme a ningún sistema ortográfico, porque eso habria sido ajeno de la naturaleza del escritor.
Me lie valido , para hacer este trabajo , de las obras del señor Bello, de la Gramática castellana de don Vicente Salva, de la Gramática jene- ral de Beauzée i de las observaciones que me ha sujerido la esperiencia.
Como primero es pronunciar que escribir, "él estudio de la ortolo- jía debe preceder al de la Ortografía ; por lo que las reglas que se dan en estas Lecciones suponen conocida la pronunciación i recitación. Sin embargo , en muchos casos he dado lijeras nociones ortológicas, porque me ha parecido oportuno hacerlas recordar al discípulo a fin de que comprenda con mas claridad las reglas ortográficas.
Pueda este corto trabajo servir de algún modo al provecho de la ju- ventud, para quien ha sido escrito.
LECCIONES
DE
ORTOGRAFÍA CASTELLANA.
La Ortografía es el arte que enseña á representar correctamente por escrito las palabras i el razonamiento. Abraza tres partes: 1.a las letras; 2.a los acentos; 3.a los signos do puntuación i otros adoptados por el uso, i cuyo objeto se dará a conocer.
PABTE PRIMERA.
DE LAS LETRAS. §■1.
©foservacüoaes jenerales.
Corresponde a la ortolojía determinar el verdadero sonido repi lado por cada uno de los caracteres alfabéticos. Ai" ortógrafo toca -:; las reglas a que debe sujetarse ei empleo de esos mismos caracteres.
La escritura debe ser una imagen fidelísima de la pronuuciacic fuera posible bacer prevalecer este principio en |a Ortografía de una 1 gua Cualquiera, cada sonido sería representado por un solo carácter, cada carácter no representaría mas que un sonido. En este supuesto , . habría necesidad de reglas que determinasen el uso que debe hace/- - los caracteres.
Pero observamos que el alfabeto de la lengua castellana (i lo mismo puede decirse de los de otras lenguas) es harto vicioso ; pues en él háí". caracteres que siendo diversos representan un mismo sonido, i los bai que representan , ya un sonido, ya otro. De aqui la necesidad de dar re- glas que determinen el empleo de tales signos.
La falta de correspondencia rigurosa entre la pronunciación i la es- critura proviene de que los pueblos modernos han adoptado un alabeto que orijmariamente perteneció a otros pueblos , i que estuvo porftanto destinado a representar en gran parte sonidos distintos de los que ahora
representa. Los pueblos europeos emplean hoi dia el alfabeto latino , i dan a muchas letras sonidos que los romanos no les dieron. Han conser- vado los signos, i los han despojado de su valor primitivo. De aquí na<- cen los vicios de que adolece la Ortografía moderna.
Comoquiera que sea , es necesario que nos conformemos al uso jene- ralmente recibido, que es el lejislador supremo en esta materia.
§•2.°
©e la división de las letras i del uso de las mayúsculas.
Las letras , con respecto á su forma i tamaño , se dividen en mayús- culas i minúsculas.
No se puede usar promiscuamente de unas i otras. Las letras mayúsculas han sido inventadas con el objeto de emplear- la¿ en aquellas palabras que por su importancia se distinguen de las de- mas1 del razonamiento. El tamaño i forma de la letra mayúscula llama la atención sobre la palabra, i consiguientemente sobre la idea significada por ella. De aqui nacen las reglas á que debe sujetarse el uso de esta cla- se de: letras.
Se escribirán con letra mayúscula:
i.° La palabra con que principia el discurso ó el aparte , i la que si- gue á un punto final.
2.° La primera palabra de cualquier verso.
3.° La palabra con que principia un discurso ajeno que se cita.
4.° Todo nombre propio.
5.° Toda palabra que tenga una importancia relativa al asunto de que se trata. Derecho, por ejemplo, deberá escribirse con letra mayús- cula en un tratado de esta ciencia , i con minúscula en cualquiera otra circunstancia. En una pieza oficial emanada del gobierno de un pais o dirigida a él , la palabra gobierno deberá principiar por letra mayúscula; pero en una obra histórica la misma palabra se escribirá con minúscula, aun cuando se contraiga a significar un gobierno determinado.
6.c Todos los tratamientos honoríficos : Vuestra Majestad, Vuestra Santidad.
7.° : Ciertas abreviaturas, como DD., doctores, MS., manuscrito. Hai escritores que usan de las letras mayúsculas con demasiada pro- digalidad, i otros con suma parsimonia. Esto depende de la mas ó me- nos importancia que con razón o sin ella se atribuye a las palabras.
Vamos ahora a recorrer los caracteres para cuyo recto uso puede ofrecerse alguna dificultad, fijando las reglas que deben servirnos de guia.
§.3.°
BiV.
No se ha decidido aúíi si estos dos caracteres representan sonidos dis-
— 9 —
tintos ó uno solo. Como este punto es del dominio de la ortolojía, no ha- remos mas que insinuarlo aqui. Cúmplenos dar las reglas para el em- pleo de los indicados caracteres.
Ante todo debe saberse que la v sofo puede usarse antes de vocal: antes de consonante o en íin de dicción debe siempre usarse la b.
I. Las palabras que en latin se escribían con' b, retienen por lo je- neral esta letra en castellano. Por consiguiente, deberá escribirse móbil, de móbilis ; marabilla, de mirabilia ; Abila, de Abula .
II. Se emplea la b cuando esta letra sustituye a la p latina: cabo, de capul; abeja, de apis; víbora, de vípera.
III. Se emplea asimismo la b en ios copretéritos de indicativo: ama- ba, iba.
IV. Se esbribe b siempre que esta articulación forma un elemento de las partículas compositivas ab, ob, sub ; aboríjenes, obituario, subins- pector.
V. Se usa la v en los nombres terminados en ivo: motivo, primitivo.
VI. Con la misma letra se escriben los numerales ordinales i partiti- vos acabados en avo; octavo, centavo.
VII. Finalmente, se emplea esta letra en los pretéritos terminados en uve, i en las formas análogas : anduve, anduviera; estuve, estuviera. Es- ceptúase hube.
Toda palabra derivada conserva la ortografía de la primitiva. Mo- tivar , por ej. , se escribirá con v, porque viene de motivo; i alabanza con b, porque se deriva de alabar. Este principio se aplica , no solo a las le- tras de que se trata, sino a todas en jeneral.
Es de regla escribir siempre b después de m, i v después de n: v. g., embate, símbolo, envidia, invierno. Pero esta regla no determina cuándo debe usarse la b o la v , i solo enseña que no debe juntarse jamás la b con la n, ni la v con la m.
Restan algunas palabras cuya ortografía no puede ser determinada por las reglas precedentes. De esta clase son , v. g. , barba, violin. En estos casos , como en todos los dudosos , debe consultarse el Diccionario de la lengua.
§• 4.»
c, s i a.
La c, antes de a, o, u, tiene un sonido que no puede confundirse con el de la % ; pero cuando viene antes de e o de i, suena como aquella le- tra. Este es el único caso en que el empleo de ambos caracteres necesita reglas.
En la pronunciación castellana pura la s suena de mui diverso modo que la c i la z ; mas los americanos damos a estas tres letras un mismo valor. Esta pronunciación americana, aunque en su oríjen fué una cor- ruptela, en el dia parece ya irrevocablemente sancionada por el uso ; de
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lo cual viene la necesidad de reglas para el acertado empleo de estos caracteres.
El uso moderno tiene una tendencia manifiesta a desterrar la % da aquellos vocablos en que viene seguida de t o de i , i a emplear en su lugar la c. Sentando esta práctica como una regla que simplifica la Or- tografía , tendremos que la c solo podrá confundirse con la s, nunca con la % ; mas la s puede confundirse también con la z.
Las reglas que daremos serán relativas , unas al empleo de la c i de la s, i otras al de la si de la z.
C, S. Las palabras que en latin tenian í seguida de i i otra vocal, la convierten en c al pasar al castellano. Esta regla, que es de frecuenta aplicación, se halla corroborada por gran número de analojías de nues- tra lengua, las cuales en muchos casos pueden guiarnos sin necesidad de ocurrir al latin.
I. Empléasela cenias siguientes terminaciones de sustantivos i adjetivos. Acia, acio: gracia, rehacio, lacio. Esceptúanse Asia i Aspasia.
Ecia, ecio: Grecia, recio. Esceptúanse iglesia, adefesio i los compues- tos de la palabra griega nisos, isla; como Polinesia, Micronesia. Ida, icio: pericia, sacrificio. Ocia, ocio: Goda, Escocia, ocio, negocio. Ucia, ucio: argucia, Lucio, rucio. Anda, ando: constancia, rancio. Esceptúase ansia. Encia, encio : prudencia , lerendo. Inda, indo: provincia. Onda , oncio : Jeroncio. Uncía, unció : Maguncia.
II. Se escriben con c los verbos terminados en acer, ecer, ocer i udr: nacer, perecer, conocer, producir. Esceptúasa coser, nacido de consuere.
III. Los sustantivos en don derivados de verbos en ar se escriben con c: prestación, de protestar.
En cuanto a los demás sustantivos que tienen la misma terminación, se empleará la c si vienen de supino en tum, i la s si vienen de supino en sum. Pero hai una analojía mui obvia en castellano: si el nombre de que se trata tiene un sustantivo u adjetivo cognado que termine en ío, aquel se escribirá con c, i con s si el congnado termina en so. Convic- ción por ejemplo, que tiene por cognado á convicto, se escribirá con c; i estension, cuyo cognado es estenso, se escribirá con s.
IV. Los plurales i derivados que tengan por radical la %, la convierten en c cuando a esta articulación le sigue e o i: veces, de vez ; felicidad, de feliz.
En los casos no abrazados por las reglas precedentes 'consúltese el Diccionario de la Academia.
S, Z. La x latina es a menudo reemplazada por la % en castellano: feliz, de felix; veraz, de verax; pa% de pax; voz de vox. Las analojías castellanas son éstas: I» Se escriben con z los abjetivos agudos terminados en az: v$ra%.
— 11 —
Esto mismo sucede en algunos sustantivos, como haz, paz, capataz.
II. La misma letra se emplea en los sustantivos agudos terminados en ez'.hez, niñez, nuez. Esceptúanse ames, bauprés, ciprés, envés, inte- rés, mies, pavés, res, revés i través.
III. Se escriben también con z los sustantivos i adjetivos agudos ter- minados en h i en oz: cicatriz , feliz, voz, atroz. Esceptúanse a7iis, gris, lis, mais, pais, i Dios, gros, nos, pos, tos i vos.
IV. Se emplea la z en los sustantivos agudos terminados en uz, cruz. Esceptúanse Jesús, pus i obús.
V. Se emplea la z en las siguientes terminaciones de los sustantivos i adjetivos.
Anza: alabanza. Esceptúanse la palabra anticuada ansa.
Uza, cuando significa mala calidad o ruidad de la cosa: jentuza.
Azo, aza, cuando son terminaciones aumentativas, como en jiganta- zo, pernaza; o cuando con la primera se significa golpe, como en hacha- zo; o cuando con la segunda se da a entender la mala calidad de la cosa, como en vinaza.
Azgo, cuando denota empleo, prerogativa ó parentesco: almirantaz- go, mayorazgo, compadrazgo.
Ez , cuando esta terminación pertenece a un apellido derivado de un nombre propio de persona: Fernandez, de Fernando.
Eza, cuando esta determinación es de sustantivos abstractos: pereza.
Ezno, terminación diminutiva: lobezno, viborezno.
Jzco i uzeo , cuando significan inclinación a un color : blanquizco, negruzco.
Izo , cuando en los sustantivos significa la persona que se ocupa en cierto menester , como yegüerizo ; o cuando en los abjetivos signifícala tendencia a alguna cualidad, como cobrizo , enfermizo.
Zon: terminación de muchos nombres derivados de verbos: armazón, hinchazón.
Izar, terminación del infinitivo de muchos verbos derivados : como profetizar, de profeta; poetizar, de poeta; rivalizar, de rival. Pero si el verbo no es formado según esta analojía, no lleva la z, como pisar que viene de piso. El verbo analizar se escribe con z, porque es formado de la misma manera que profetizar (1).
VI. Se emplea la z en las raices irregulares azc, ezc, ozc, i uzc de los verbos terminados en acer, ecer, oceriucir: nazco, perezco, conozco, eonduzco.
Para los demás casos consúltese el Diccionario. §• 5.»
La g, antes de e i de ¿, tiene un sonido gutural que en nada se dife- rencia del de la ;'.
(1) En el verbo analizar se ha perdido una de las sílabas del sustantivo de que nace. El ▼erbo, siguiendo rigurosamente la analojí» de los de su especie, debería ser analisizar.
— 12 —
Antes de ahora habia ciertas palabras que debían necesariamente es- cribirse con g, i otras con j, i la regla principal para el empleo de uno y otro carácter era el orijen latino. En el dia hai muchos que todavía se sujetan a este uso; pero otros, con la mira de simplificar la Ortografía, han proscrito la g en todas las palabras en que suena como la j, i re- presentan constantemente el sonido gutural por medio de esta última letra. Por tanto, conviene escribir jente, jigante, relijion, que antes se escribían gente, gigante, religión.
§• 6.°
H.
Esta letra es unas veces enteramente muda , i otras representa al- gún sonido.
Dos son los casos en que el h no es ociosa.
El primero tiene lugar en ciertas interjecciones , en las cuales afecta unas veces a la vocal que precede, otras a la que sigue. El h se llama entonces aspirada, e indica que la vocal debe pronunciarse prolongando el aliento: v. g., oh! he!
El segundo caso se verifica cuando el h precede al diptongo ue , con tal que este diptongo principie dicción o sílaba. El h tiene entonces un sonido que se parece al de la g: hueso vihuela. Pero también hai casos en que la u precedida de h va seguida de otra vocal que la e; lo cual su- cede en algunos nombres propios americanos, como Huánuco, Coahuüa.
Previas estas advertencias , daremos las reglas relativas al empleo del h.
I. Se empleará el h siempre que se quiera indicar la aspiración de una vocal.
II. Se emplea asimismo antes de la combinación ue. Pero hai pala- bras en que a dicha combinación precede g: Güéldres; vergüenza.
III. Las palabras que tuvieron h o f en. latín , tienen h en caste- tellano: hombre, de homo; humo de fumus. Pero hai algunas escepciones, como arpa, España, que vienen de harpa, Hispania.
§. 7.° I i Y.
La y tiene valor de vocal y de consonante. Gomo vocal suena lo mis- mo que la i; como consonante tiene un sonido que le es peculiar.
Era, no há mucho tiempo, uso común emplearla y en la conjunción i i en los diptongos terminados en i que se hallan en fin de dicción: el pueblo y el ejército, soy, rey, muy. Hoi dia, aunque hai muchos escrito- res que observan esta práctica, va, sin embargo, prevaleciendo la de em- plear la y solo en su valor de consonante , representando siempre el so-
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nido vocal por medio de la i. Se puede , pues , i aun conviene escribir, el pueblo i el ejército, soi, rei, mui.
§• 8.° E.I I Y.
Estas dos letras representan sonidos mui diversos uno de otro ; pero como los americanos suelen confundirlos , se hace necesario dar aquí al- gunas reglas para el acertado empleo de dichas letras.
I. La / doble latina es reemplazada por la // en castellano: castillo de castellum.
II. Las articulaciones latinas compuestas de una licuante i de la lí- quida l, son también reemplazadas en castellano por la 11: llave , de cla- vis; llama, de flamma; llorar de plorare.
III. La j latina es amenudo reemplazada en castellano por la y: ya- cer, de ¡acere; yuyo, de jugum.
IV. Cuando la i se encuentra inacentuada en medio de dos vocales, se convierte en y. Conforme a esta regla decimos leyes en vez de leies, oyeron en vez de oieron, destruyera en vez de destruiera.
V. Las personas irregulares de los presentes de indicativo i subjun- tivo i del imperativo de los verbos en uir, toman una y: arguyo, arguya, arquiie tú.
§• 9.° ,
Esta letra tiene dos sonidos, uno suave i otro fuerte. En el primer caso le dan algunos el nombre ere, porque así es como suena; en segun- do se llama erre, i suena como tal.
Vese, pues, que el sonido fuerte es representado unas veces por el carácter simple r, i otras por el doble rr.
Se usará del carácter simple en los casos siguientes.
d.° En principio de dicción: Roma.
2.° Cuando el sonido fuerte ocurre inmediatamente después de las consonantes l, n, s: alrota, enriquecer, Israel.
3.° Cuando en una palabra compuesta de dos la segunda comienza por dicho sonido fuerte: bancarota, cariredondo. Esto mismo se observa cuando el primero de los elementos componentes es alguna de las partí- culas, ab, contra, entre, ex, ob, pre, pro, sobre, sub i vice o vi: abrogar, contrarestar, entrerenglonar, exrejente, obrepción, preivgativa, prorata, sobreropa, subrepción, vicerector, virei.
§. 10.
X.
No há muchos años que esta letra tenia dos valores, el de j i el de
— 14 —
es o gs; i para indicar que tenia el segundo, se ponia sobre la vocal si- guiente un acento circunflejo: examen.
En el dia la x ha perdido el valor de j, i se ha quedado con el de es o gs. Pero hai unos pocos nombres cuyo sonido final es ;', en los cuales acostumbran todavía algunos escritores emplear la x. De esta clase son carcax, relox; pero sin duda alguna es preferible la j: carcaj, reloj.
Las reglas que hemos dado solo se refieren a las palabras castellanas o castellanizadas. Respecto de las que no han sido naturalizadas en nuestra lengua , el señor Bello juzga que los nombres propios , los ape- llidos, los títulos de dignidad o de poder, tomados, del hebreo, del ára- be o de idiomas estranjeros modernos , deben conservar, en cuanto sea posible, la Ortografía nativa o la adoptada para ellos en las lenguas eu- ropeas que tienen alfabetos semejantes al nuestro. Tenemos ejemplos de esos nombres de Melchisedech , Ábderahman, Walí, Rousseau. Si han esperimentado una completa asimilación castellana, se escriben con la Ortografía de esta lengua; como José, Londres, Varsovia.
PARTE SEGUNDA.
DEL ACEKLO. §• t>
©feservaciomes- jenerales i clasificaciones.
Vamos ahora a tratar del signo ortográfico llamado acento, que se pinta así (' ). ■ ■ '•
En prosodia la palabra acento significa el esfuerzo particular que se hace sobre una vocal de la dicción., dándole un tono algo mas recio , i alargando un tanto el espacio de tiempo en que se pronuncia. En Orto- grafía acento significa el signo con que se da a entender ese mismo es- fuerzo. Hai, pues, acento prosódico i acento ortográfico. Aquí se trata solo del segundo.
La vocal acentuada se llama aguda; la inacentuada , grave.
Hai vocablos que carecen de acento prosódico, como a, en, le, los. Son mui pocos en comparación con los acentuados; pero se emplean con tanta frecuencia en el razonamiento, que en él aparece un número casi igual de unos i otros.
Las palabras que no llevan acento prosódico , no pueden tampoco llevar acento ortográfico ; mas de aquí no debe inferirse que todas las que tienen el primero tengan también el segundo.
Lo que nos compete en esta materia es determinar en cuáles de las palabras que tienen acento prosódico ' debe pintarse el ortográfico. Las reglas que vamos a dar suponen conocida la prosodia de la lengua.
— 15 —
Las palabras se dividen prosódicamente en agudas, graves, esdrúju- los i sobresdrújulas.
Agudas son las que tienen su acento en una Yocal de la última síla- ba: rubí, dolor, convoi.
Graves las que lo tienen en una voeal de la penúltima sílaba : libro, crimen, despierto.
Esdrújulas las que lo tienen en una vocal de la antepenúltima sílaba: pelicano, réjimen, piélago.
Sobresdrújulos son las que lo tienen en una vocal déla cuarta ó quin- ta sílaba, contadas de derecha a izquierda: vedárnosle, póngasemele. No hai otros vocablos sobresdrújulos que los que se componen de una for- ma verbal i uno o mas enclíticos.
§• 2.°
De las reglas para el raso del acerato ©ríográíle©.
I. El acento ortográfico solo se pinta en aquellas palabras que no siguen las propensiones acentuales de la lengua. Estas propensiones son hacer graves las palabras terminadas en vocal , i agudas las terminadas en consonante. No se pondrá, por -consiguiente, acento sobre las pala- bras coro, derecho, valor, admiración.
Hai, sin embargo, palabras graves terminadas por vocal, en las cuales debe pintarse el acento. Tales son aquellas que terminan por una vocal llena precedida de una débil acentuada, como jeografia, caserío, ganzúa. En estas palabras se hace necesario pintar el acento, porque si se omi- tiera , podría leerse indiferentemente jeografia o jeografia , caserío o ca- serío, ganzúa, o ganzúa, pues una i otra acentuación las hacen graves.
II. Toda palabra aguda terminada en vocal debe acentuarse: alelí, bajá. Pero si la palabra termina en un diptongo compuesto de dos vo- cales débiles con el acento sobre la primera , o de una llena acentuada y una débil , no se pinta el acento: ciicui, convoi, tarai.
III. Toda palabra grave terminada en consonante lleva pintado el acento: crimen, orden. Esceptuánse los patronímicos terminados en z: González, Fernandez. Pero siel nombre primitivo lleva acento , lo lleva- rá también el patronímico: klvarez, de Alvaro.
IV. Toda palabra esdrújula o sobresdrújula lleva acento: receptáculo veríamostelo.
La acentuación de las formas del verbo está sujeta á reglas especiales.
V. Si la forma termina en vocal, se siguen las reglas dadas para las demás palabras. Asi , se omitirá el acento en repito, rogando, en virtud de la regla I; i se pintará en roclo (de rociar), espío, continúo, en virtud de la escepcion a la misma regla. Se marcarjl en amé, amó, amaré, en virtud déla regla II; i se omitirá en estoi, conforme a la escepcion de la misma regla.
Vi. Si la forma es esdrújula, se sigue también la regla de las demás palabras: amábamos, amaríamos, amásemos.
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VII. Si la forma verbal no es esdrújula i termina en consonante , la práctica de los escritores no es uniforme, i la acentuación ortográfica se resiente de cierta vaguedad, pueden, sin embargo, sentarse las re- glas siguientes , que son sugeridas por el uso mas jeneralmente recibido.
1.a Las formas terminadas en otra consonante que la n ó la s, si- guen las reglas jenerales. No se pintará, por tanto, el acento en amar, temed, que son palabras agudas terminadas en consonante.
2.a Si la forma termina en n o s que no estén inmediatamente pre- cedidas de un diptongo , la regla que se sigue es la inversa de la que se ha dado para las palabras en jeneral ; esto es, se pintará el acento si la forma es aguda, i se omitirá si es grave. Asi , deberán acentuarse estás, estés, están , estén , amarás , amarán , partís : i no se acentuarán amas, tememos, parten, partas, partieron.
5.a Si la forma termina en n o en s precedida inmediatamente de un diptongo acentuado o inacentuado, la costumbre es no pintar el acento. En este caso los escritores han descansado en los instintos pro- sódicos del verbo, i no se han curado de seguir sistema alguno pa- ra la acentuación ortográfica. Así es que las formas, amáis, teméis, que son agudas, no llevan pintado el acento , como tampoco lo llevan las formas amarais, temieseis, que son graves. El lector, para dar a es- tas formas el acento que les corresponde , tiene por única regla su oido, que le prescribe ajustar la prosodia de todo verbo a un tipo que él conoce.
La única forma de esta clase en que se hace necesario pintar el acen- to, es la segunda persona de plural del futuro de indicativo de la pri- mera conjugación, para que no pueda confundirse con la misma del fu- turo de subjuntivo: amaréis, amareis.
4.a Cuanclo la primera persona de singular del presente de indicati- vo lleva pintado el acento , deben llevarlo igualmente todas aquellas que tienen acentuada la misma vocal. Por tanto, si se marca el acento en amplío , continúo, deberá también marcarse en amplías, amplían, am- plíes, amplíen, continúas, continúan, continúes continúen.
5,a Los copretéritos i pospretéritos en ia no llevan pintado el acen- to: tenia, tenias, teníais; temería, temerías temerían.
VIII. Guando la forma verbal lleva uno o mas enclíticos , se atiende, para pintar el acento, a la forma sola : si ésta lo pide estando separada, debe ponérsele también cuando va acompañada del enclítico, i vice ver- sa. Deberá, pues, ponerse el acento en amóle , temerále, i omitirse en amadlos, temernos.
Cuando de la unión de la forma verbal con el enclítico o enclíticos resulta una palabra esdrújula o sobresdrújula, debe , sin escepcion al- guna, pintarse el acento.
IX. Sabido es que los adverbios terminados en mente tienen dos acentos prosódicos , el del adjetivo que entra en su composición , i el del sustantivo mente. La Ortografía no pide mas que el acento del adjetivo, i no siempre, sino solo cuando este elemento debe acentuarse fuera de
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composición. Así, se marcará el acento en ásperamente , útilmente , i se omitirá en ricamente, puerilmente.
X. Hai en castellano varias palabras que se escriben con los mismos caracteres que otras de significación u oficio diferente. En tales casos suele suceder que una de las dos carece de acento prosódico o lo tiene débil, i la otra tiene acento bastante lleno; como se Ye en tu (pronombre posesivo) i tú (personal), el (artículo) i él (pronombre); mi (posesivo) i mí (personal), si (adverbio condicional o dubitativo) i sí (adverbio afir- mativo o inflexión refleja del pronombre él), de (preposición) i dé (for- ma del verbo dar), entre, para, sobre, (preposiciones) i entre, para, sobre, (formas de los verbos entrar, parar, sobrar). En todos estos casos i sus análogos se acostumbra acentuar en Ortografía las palabras que prosó- dicamente son acentuadas ; i si lo son ambas , se acostumbra pintar el acento mas fuerte.
XI. Hai también ciertas palabras que, sin dejar de ser las mismas, tienen a veces un acento lleno , i a veces carecen de acento o lo tienen débil ; lo que depende, ya de la función que ejercen, ya de la colocación que se les da en el razonamiento. Respecto de ellas milita la regla de escribir el acento cuando es fuerte , i omitirlo cuando es tenue o nulo. Hállanse en este caso los relativos, sean sustantivos, adjetivos o ad- verbios. Todos ellos, cuando desempeñan sus funciones ordinarias, o carecen de acento prosódico , o si lo llevan , es mui débil ; pero emplea- dos en proposiciones interrogativas o admirativas , sean directas o indi- rectas, cobran un acento bastante lleno. La Ortografía no acentúa los relativos en el primer caso , i sí en el segundo. Ejemplos : «Las noticias que han llegado ;» «¿Qué noticias han llegado?» No sé qué noticias han llegado.» «Se fué como vino; «¿Cómo vino?» «Ignoro cómo vino.» «Lle- gué cuando salías;» «¿Cuándo saliste?» «No sé cuándo saliste.»
También deben acentuarse los relativos cuando se emplean en cláu- sulas distributivas : « Quiénes viajaban á pretender beneficios , quiénes se encaminaban a recibir su educación en el colejio de Bolonia , quiénes militaban en los tercios.» «Descubrieron los rostros poblados de barbas, cuáles rubias , cuáles negras, cuáles blancas, i cuáles albarrazadas.»
En este verso :
«No pienses, «ó, que a tu poder me humillo.»
El primer no carece de acento prosódico , y el segundo lo tiene bas- tante lleno. Por eso se ha omitido en aquel i se ha escrito en este el acen- to ortográfico.
El adjetivo este tiene acento tenue cuando está empleado como tal; pero ese mismo acento se robustece cuando el adjetivo se sustantiva. «No conozco a este hombre; «He hablado con él i con su hermano: éste cree que el proyecto no es exequible.»
Bastan los ejemplos anteriores para aplicar la regla a los casos ana-
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XII. Sucede a veces que dos palabras se escriben con los mismos ca- racteres , pero que difieren entre sí por lo tocante a la acentuación : ta- les son, por ejemplo , venia (sustantivo) i venia (verbo), seria (adjetivo) i seria (verbo), sabia (adjetivo) i sabia (verbo), montes (adjetivo) i montes (sustantivo i verbo), cortés (adjetivo) i cortes (sustantivo i verbo). En to- dos estos casos i sus análogos se marca el acento que está sujeto a una analojía menos rigurosa, i se omite el que lo está a una analojia parti- cular i mas severa; como es de notarlo en todos los ejemplos citados.
XIII. Es una regla jeneral que en los monosílabos no se escribe el acento : fe, pro, pre. Pero si el monosílabo termina en dos vocales, i es- tá acentuada la segunda , el acento debe escribirse : pié, fui, fué, vio, dio. Forman también escepcion a esta regla los monosílabos compren- didos en la regla X.
XIV. El plural de los nombres conserva el acento del singular. Por consiguiente, si en el singular no se escribe el acento, tampoco en el
Í)lural i vice versa: hombres, dioses, aleñes , cafées. En los pocos plura- es que no retienen la acentuación de sus "singulares , debe escribirse el acento : caracteres, cráteres.
XV. Cuando por licencia poética se altera la acentuación lejitima de una palabra , es menester pintar el acento. Asi, deberá pintarse en ímpio i océano, cuya acentuación ordinaria es impío i océano.
XVI. Cuando la acentuación de una palabra es varia , o cuando por un vicio peculiar del pais se coloca mal el acento , deberá el escritor se- ñalar el que prefiere o aprueba. Según esta regla ; escribiremos sincero, mendigo, diploma, parásito.
PARTE TERCERA.
DE LOS SIGNOS DE PUNTUACIÓN.
Bajo este epígrafe comprendemos todos los signos de que hace uso la Ortografía para denotar los diversos accidentes de la recitación.
§1.°
©SsservacSomcs jesierales.
El que oiga un discurso recitado con corrección , notará que en cier- tos parajes se hacen pausas mas o menos largas , i que en otros se da al período o sentencia una modulación distinta de la que llenen los demás períodos del mismo discurso.
El oyente , al percibir las pausas , se hace cargo de los diversos sen- tidos parciales que constituyen el sentido total de lo que se quiere decir; i por la clase de modulación con que se profiere la sentencia , conoce si se propone simplemente un pensamiento , si se pregunta o se admira al- go , si se da una reprensión o se vierte una amenaza , si se hace burla, si Be suplica , si se manda , etc.
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Estos diversos accidentes de la recitación deberían tener cada cual su signo que lo representase en la escritura ; pero hasta aquí no se ha in- ventado un sistema completo de signos , que corresponda a todos los in- dicados accidentes. De éstos los únicos que la Ortogafia marca son las Eausas, la interrogación, la admiración, la reticencia i el paréntesis, os demás accidentes lógicos o apasionados no los conoce el lector sino por el contesto del razonamiento.
§2.°
líe las pausas en jeaaeral.
La pausa es el espacio de tiempo que media entre dos palabras. Este espacio puede ser mas o menos largo, i a veces casi nulo e impercepti- ble. En la frase «mi casa» apenas se percibe la pausa entre mi i casa. En esta otra : «Los buenos ciudadanos posponen sus intereses personales al interés de la patria , » se ve que la pausa que se hace en ciudadanos i en personales es mayor que la que se hace en los, en buenos, en sus , en in- tereses, en de i en la. «Yosoiel primero en los espectáculos, en los pa- seos , en las diversiones públicas; alterno los placeres con el estudio; tengo pocos , pero buenos amigos, i a ellos debo los mas felices instantes de mi vida. Si en las concurrencias particulares soi raro algunas veces, siento serlo.» Aquí podemos notar que en espectáculos, en paseos, en po- cos, en amigos i en veces se hacen pausas de menos duración que las que se hacen en público i' en estudio; i que estas últimas son inferiores á las de vida i serlo.
Bastan estos ejemplos para manifestar que en la recitación se emplea una serie de pausas , que comienza desde la casi imperceptible que se hace en el tránsito de una sílaba a otra , i acaba en la mayor de todas, que es la que pone fin a la sentencia.
Pero ¿cuál es la razón de estas pausas? ¿qué es lo que nos obliga a hacerlas i a darles mas o menos duración ? Podemos señalar cuatro cau- sas, a saber: 1.a la necesidad de la respiración ; 2.a la remoción de am- bigüedades ; 5.a la distinción de los sentidos parciales que constituyen el discurso; y 4.a la diferencia de los grados de subordinación que convie- nen a cada uno de los sentidos parciales en el conjunto del razonamiento. En las reglas que daremos mas" adelante, 'se notará la influencia que las causas indicadas ejercen en la colocación i duración délas pausas.
No todas las pausas que se hacen en la recitación tienen su signo cor- respondiente en la Ortografía. Hasta lo presente se han inventado signo solo para aquellas pausas que no pueden dejar de marcarse sin peligro de alterar el sentido de la sentencia escrita. Las demás las conoce el lector por el contesto del razonamiento.
Los signos inventados para denotar las pausas son la coma (,) , el punto i coma (;), los dos puntos (:), el punto final (.), i el aparte. Entre las pausas denotadas por cada uno de estos signos hai una gradación: la
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